Años bisiestos: origen y curiosidades

¡El próximo jueves, después de cuatro años, volverá a ser 29 de febrero! Hoy te contamos el origen de este fenómeno y algunas curiosidades que lo rodean. ¡Sigue leyendo!

¿Qué son los años bisiestos?

Los años bisiestos tienen 366 días en lugar de los habituales 365. Esto, normalmente, ocurre cada cuatro años, aunque hay excepciones: no son años bisiestos aquellos que sean múltiplos de 100, pero no de 400. Así, el año 2000 fue bisiesto, pero el 2100 no lo será.

¿Cuál es el origen de los años bisiestos?

Un año no dura 365 días exactos, sino 5 horas, 48 minutos y 56 segundos más. Por eso, al ver que el calendario no estaba en completa sintonía con las estaciones del año, el emperador Julio César les encomendó su reajuste a algunos astrónomos.

Así surge el concepto de «año bisiesto», por el cual se añade un día al calendario, cada cuatro años, para compensar esas casi seis horas anuales de más.

¿Por qué el día adicional se añade a febrero?

Hasta el siglo VIII a.C., enero y febrero no existían porque eran los meses más fríos del invierno y, por ende, no podían llevarse a cabo las tareas agrícolas. No obstante, en uno de los reajustes del calendario, los añadieron al final de la lista, siendo marzo siempre el primer mes del año, pues era el mes en el que empezaban las cosechas.

Tras la muerte del emperador Julio César, quisieron hacerle un homenaje, por lo que el mes de Quintilis («mes quinto», pues el año comenzaba en marzo) pasó a ser «julio». Sin embargo, su sucesor, César Augusto, no iba a ser menos, por lo que se renombró el mes siguiente (Sextilis, «mes sexto») como «agosto» y reajustaron sus días para que tuviera los mismos que julio (31).

De esta forma, como febrero era el último mes del año y el que había surgido más recientemente, fue el que sufrió la pérdida: se quedó con un total de 28 días, mientras agosto se posicionó al mismo nivel que julio, con un total de 31 días. ¡Es por esto por lo que julio y agosto, que son meses consecutivos, tienen ambos 31 días en lugar de lo habitual, que sería que tuvieran 31 y 30!

Así, como febrero era el mes más corto del año, se le adjudicó el día adicional de los años bisiestos.

Etimología de «bisiesto»

Los romanos no celebraban el día extra de los años bisiestos el 29 de febrero, sino que repetían el día 24, es decir, tenían dos 24 de febrero por motivos que desconocemos.

Ellos denominaban Calendas al primer día de cada mes y a partir de ahí contaban hacia detrás, por tanto, denominaban al 24 de febrero adicional de los años bisiestos bis sextus dies ante calendas martias («segundo día sexto antes de las calendas de marzo»). De ese bis sextus procede nuestro «bisiesto».

Año bisiesto: ¿malos augurios?

Se dice que los años bisiestos son señal de mala suerte: la catástrofe del Titanic, asesinatos de figuras históricas como John Lennon o la pandemia del COVID tuvieron lugar en años bisiestos.

Los griegos consideran que celebrar una boda en año bisiesto provoca la ruptura de la pareja y, para los escoceses, el 29 de febrero es día de mala suerte como los martes 13. Sin embargo, en Irlanda lo consideran día de fortuna y, tradicionalmente, es el único día en el que las mujeres pueden pedirles matrimonio a los hombres.

¿No te parece súper interesante toda la historia que rodea este evento?

Eliana Vaz